Paso número uno: Extradición (?) de los Capos

Paso número dos: Balcanización del crimen en México
Observatorio Político
Por Maquiavelo
Foto Redes Sociales
La Tercera Ley de Newton nos enseña que en toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en direcciones opuestas. Esta ley plantea que toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto.

Y bueno, en el caso específico de la reciente extradición de casi una treintena de capos de la droga que se encontraban en diferentes cárceles de México y que, desde esas Ergástulas del Diablo y, sin temor a equivocarnos, con el contubernio de autoridades carcelarias y de las otras, en componenda o se evadían, o llenaban de privilegios y toda clase de lujos y regalos los sibaritas gustos de los narcos.

Así que lo que vemos en la aún caliente extradición de 29 líderes del narcotráfico, incluyendo a figuras prominentes como Rafael Caro Quintero y los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales de Los Zetas representa, en primer lugar, un hito significativo en la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado. Esta acción, realizada el día de ayer, 27 de febrero de 2025, se produce en medio de un cúmulo de negociaciones entre Sheimbaum con Donald Trump para evitar la imposición de los aranceles a exportaciones mexicanas por parte de la administración Trump.

Esto, independientemente de las negociaciones de los aranceles tendrá otros efectos inmediatos como unas relaciones diplomáticas fortalecidas.
La extradición demuestra el compromiso de México en combatir el narcotráfico y responde a las demandas de Estados Unidos, lo que podría aliviar tensiones comerciales y políticas entre ambos países. Quid Pro Quo

Sin embargo, la desarticulación de los cárteles que se la llevaban campechanas trabajando y cantando, generará, sin duda una desorganización temporal dentro de sus estructuras, afectando sus operaciones inmediatas.
La extradición de estos capos desencadenará un proceso de balcanización dentro del crimen organizado en México, lo que históricamente ha llevado a un incremento de la violencia por lo que sería un garrafal error es no tener en cuenta de que el narcotráfico, al igual que la Hidra de siete cabezas tendrá una inmediata y natural reconfiguración ya que la ausencia de estos líderes provocará, a no dudarlo, luchas internas por el poder, posibles fragmentaciones o el surgimiento de nuevos líderes y esto alterará el panorama del narcotráfico en México.

Al mismo tiempo, traerá un incremento de la violencia tal como lo hemos visto históricamente cuando tras la captura o eliminación de cabecillas todo deriva en aumento de violencia debido a disputas territoriales y ajustes de cuentas entre facciones rivales.

Algo positivo es el fortalecimiento de la cooperación bilateral
Al mismo tiempo esta acción sienta un precedente para futuras colaboraciones en materia de seguridad y justicia entre México y Estados Unidos, lo que podría traducirse en estrategias más efectivas contra el crimen organizado, de allí que es imperativo monitorear cómo evolucionan estos eventos para comprender plenamente su impacto en la seguridad y estabilidad regional.

Sin duda, el vacío de poder de líderes como Caro Quintero y los Treviño Morales, que se inscriben en el sentido de que nunca más podrán volver a México, generará disputas internas dentro de sus organizaciones y enfrentamientos con grupos rivales por el control del territorio.

Sin una cabeza fuerte y visible, los grupos tienden a dividirse en células más pequeñas y autónomas, muchas veces sin disciplina ni estructura jerárquica clara.

Los líderes de menor rango, por su natural ambición de dinero y poder, pelearán por el liderazgo, causando conflictos armados en varias regiones del país y para ello tenemos como ejemplo histórico; tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, su organización se fragmentó en varios grupos menores como Los Rojos y Guerreros Unidos, que desataron violencia en Guerrero y Morelos.

El Cártel de los Zetas, después de la captura de Heriberto Lazcano y Miguel Treviño Morales, Los Zetas se dividieron en células como el Cártel del Noreste y Vieja Escuela Z, que incrementaron la violencia en el noreste del país, el Cártel de Tijuana y los Arellano Félix con la caída de sus líderes, el grupo se desmoronó y fue absorbido por el Cártel de Sinaloa, pero con luchas violentas en Baja California.

Así que lo único que podemos esperar en México tras estas extradiciones sea un incremento de violencia en el corto plazo: Es probable que haya más enfrentamientos entre facciones internas y con grupos rivales, el surgimiento de nuevas células criminales, bandas más pequeñas podrían operar con mayor autonomía y menos disciplina, lo que a menudo resulta en un uso más indiscriminado de la violencia.

Y la reacción oficial será una mayor militarización del país ya que el gobierno se vería obligado a reforzar el despliegue de fuerzas armadas para contener la violencia, como ha ocurrido, tras la caída de otros capos.

Por su parte, los reductos del Cártel de Sinaloa y CJNG intentarán absorber territorios de los Zetas y otros cárteles debilitados, en fin. En conclusión; la extradición de estos capos podría desestabilizar el equilibrio de poder en el narcotráfico mexicano y generar más violencia en el corto y mediano plazo. La clave será observar cómo reaccionan los grupos restantes y qué estrategias implementa el gobierno para contener la crisis.
Porque a diferencia de como dice el dicho, en lugar de acabar con el problema, lo más probable es que se multiplique y se vuelva más caótico. «Muerto el perro, la rabia se esparce» porque al eliminar a los líderes fuertes, el control se fractura y aparecen nuevos grupos más violentos y menos organizados porque, en lugar de un enemigo claro, ahora habrá varias facciones peleando entre sí, y eso suele derivar en más violencia, extorsión y enfrentamientos en las calles. Lo hemos visto antes con otros cárteles, y todo apunta a que podría repetirse. Así que, en breve, lo Veremos y lo Diremos, Conste.