Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán
Vaya que sí es un verdadero honor y reconocimiento del pueblo a quien elige como Presidente Municipal, así con mayúsculas, habida cuenta de que en un Siglo y con base en el periodo constitucional al que pertenece el cargo -sólo duran tres años en el puesto- únicamente eligen a 33 personas, todo un reconocimiento.
Sólo 33 habitantes del pueblo, en todo un Siglo, tienen el honor de ser la principal autoridad en el territorio municipal y manejan todos los asuntos inherentes, incluido el erario, pueblos, aldeas y rancherías, vidas y haciendas dentro de sus fronteras.
Si bien cooptado el poder político por leyes y reglamentos también es cierto que muchas veces y abusando del cargo miran de reojo, embolsan lo que pueden y en general roban a manos llenas el erario sin que haya poder humano, Cabildo incluido, que ponga freno a los desmanes.
Y vaya que si no, al menos en esta ocasión y para el nuevo periodo municipal, cientos, miles, decenas de miles en todo el país se apuntan ya para ser candidatos a las presidencias de sus respectivos municipios habida cuenta la manga ancha con que cuentan en el cargo y hacer sus propios y muy particulares negocios, sin presentar un trabajo digno del pueblo al que gobiernan.
Sin avances claros en cualquier rubro, desde la infraestructura urbana hasta el mantenimiento de carreteras, caminos, veredas y calles, educación, salud, cultura, ecología, en fin y, lejos de eso, mejor hacen crecer de manera exorbitante y a ojos vistos, su propio patrimonio familiar en detrimento de la hacienda pública.
Nos tocó ver cómo, desde hace muchos años, alcaldes que ni siquiera sabían manejar un auto, de pronto adquirían un vehículo último modelo y pedían a sus cercanos les enseñaran a conducir. Al grado de que uno hubo que, a pronto de comprar su auto –recuerdo- marca Rambler, de aquellos tiempos, se convirtió en la burla del pueblo que le hacía bullying cuando de él hablaban y decían: “fíjate que el presidente municipal, no sabe manejar (autos) pero está aprendiendo y en su último viaje a Puebla, salió manejando muy despacio del pueblo, iba en Primera y así siguió manejando, en Primera por toda la carretera y cuando casi llegaba a La Venta, le dijo a su adiestrador de manejo: Oye, será ya tiempo de cambiar a la Segundilla…?” De ese calibre recordamos cómo y de qué manera quienes nunca habían tenido ahora tenían y en grande.
Y así podríamos seguir platicando tantas y tanas anécdotas de alcaldes muy semejantes hasta llegar a la actual administración que, comparado con aquellos tiempos, los de entonces parecen niños de pecho.
De allí que en esta ocasión esperamos que la gente, el pueblo, elija inteligentemente y no con el hígado.
Advertimos que debido a la Pandemia del Covid-19 y las restricciones para la socialización, veremos pasar por las calles y tocar nuestras puertas a los más disímbolos aspirantes a la alcaldía, y nos dirán porqué quiere ser el Presidente Municipal Número 7 del Siglo XX.
Sin embargo, nosotros, como electores, y sufridores de sus dislates o aciertos de gobierno, tenemos la obligación de enterarnos quién es, qué estudió, conocer su origen, su familia, su pensamiento, sus antecedentes, sus aspiraciones y sus fines ya que, en esencia, estamos poniendo en sus manos todo el poder para hacernos una vida más pasadera o un verdadero infierno como actualmente sucede.
No se puede seguir votando con los pies, en lugar del cerebro y luego enterarnos que nuestro Presidente Municipal es un Capitán Piloto Helicopterista que ni siquiera conoce el multiferador del eje de un helicóptero, ni dónde va colocado, ni para qué sirve.
Conste, al que se quema con la leche hasta al jocoque le sopla, así que, estimados lectores-electores, lo único que nos debe animar en estos instantes es que los males del pueblo de México, sus Estados y municipios, sólo duran seis o tres años y en esta ocasión, hasta podrían repetir el cargo por aquello de la reelección así que, ustedes, pueblo con credencial de elector, tiene la palabra. Ojo, mucho ojo. Conste.
Periodista desde hace 40 años, ha laborado en todos los diarios de gran formato del Estado de Puebla con información, preferentemente de la Sierra Norte de Puebla.