Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán
La última publicación que se dio a conocer el Gobernador Electo Alejandro Armeta fue el siguiente: Salimos bien de la operación del tendón de Aquiles! Pronto estaré al 100% para seguir con el trabajo previo a la gran responsabilidad que tendré con las y los poblanos.
Gracias por su visita Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, Puebla requiere de la unidad de todas y todos. ¡Hay que pensar en grande!
En sentido metafórico su Talón de Aquiles que lo perseguirá es el desapego que dio a miles de ciudadanos de la Sierra Norte de Puebla luego de que cientos de hectáreas y decenas de miles de árboles fueran consumidas en otro tanto de bosques, cuando ni siquiera tuvo palabras de aliento para los ocasionales y emergentes apagafuegos locales que no contaron, de ninguna manera, con un ejército de personal oficial que pudiera apoyar a las labores de mitigación de los incendios.
No fue sino hasta que llegó UN helicóptero, de esos que cargan una cisterna de agua que es vaciada en los puntos focales de los incendios y ya el Gobernador Salomón pone huevo por eso y Armenta lo llamaría: «Pensar en Grande…?» .
Y frente a todo esto cuando salomón y Armenta tienen la capacidad de solicitar y en sus manos está que pidieran mandaran tres, cuatro o cinco helicópteros para que la labor fuera infinitamente más efectiva y hubiera menos daños . La gente, los pobladores, sobre las autoridades que, inermes, sólo observaban y se escondían de los manifestantes que les exigían acciones efectivas, temerosos y azorados no sabían qué decir, como aquí en Huauchinango al recién reelecto presidente municipal Rogelio López angulo contestó al reclamo de los ciudadanos, que le pidieon apersonarse en los sitios de incendios y les dio una desafortunada contstación: «No voy a ir porque yo no soy Bombero..!».
Hoy, 5 de Junio de 2024 ya es de noche, y el único helicóptero que vino, como los zopilotes, ya se fue a dormir, y bien hecho, tanto el aparato como el pilotos y personal que lo atiende hicieron heroicidades ante tamaño desafío, sin embargo las llamadas de auxilio en municipios aledaños, con flora y bosques ubérrimos que siguen sufriendo el embate que Vulcano derramó sobre sus montes, sobre sus cabezas siguen llegando.
Desde mediados del mes de Mayo comenzaron estas conflagraciones en el Cerro de Tlalcoyunga, al Noroeste de Huauchinango, el bosque, gigante que cubre el cerro, no pudo ser apagado sino cinco o seis semanas más tarde y eso porque se acabó lo que había qué quemar. Nadie apoyó, nadie ayudó a los pobladores, bomberos y otros grupos que estaban rebasados ante tamaña conflagración que terminó con más de 200 hectáreas de bosque, fauna y todo lo que allí hubiera existido en ese momento y hoy es un desolado páramo de negros cadáveres de árboles a punto de caer, remolinos de humo y ceniza se divisan a lo lejos, el acre olor del humo pegado en los tocones tirados que esperaban al helicóptero o los helicópteros que nunca llegaron y terminaron por consumirse.
Y así, pasaron las semanas, uno tras otro los incendios pero tanto el Gobernador Salomón, como el ”electo” Armenta y el resto de los candidatos y autoridades locales, ni se dieron por enterados en su borrachera postelectoral y si lo hicieron, les valió madres, lo principal era el “hueso” luego el rezo.
Hoy, se lamenta de su Talón de Aquiles, sin embargo el verdadero talón de Aquiles que le va a doler, es el haber ignorado a la gente de los pueblos de la Sierra Norte para los cuales ni siquiera una palabra de aliento, ni una botella de agua o tortas envió para mitigar el hambre y la sed de los pobladores que en número infinitamente mayor a las fuerzas oficiales y con mayor ímpetu por ser su tierra, su bosque, su casa no se fuera a convertir todo en humo, rásquense con sus propias uñas, parecería ser el mensaje para los próximos seis años. Pero eso, lo Veremos y lo diremos, Conste.
Periodista desde hace 40 años, ha laborado en todos los diarios de gran formato del Estado de Puebla con información, preferentemente de la Sierra Norte de Puebla.