SIN LÍMITES
Por Raúl Torres Salmerón
El Cronista deportivo Heriberto Murrieta escribió hace poco que hace cien años, cuando el futbol
era romántico, rudimentario y amateur, el ingeniero escocés William Fraser fundó al equipo
Necaxa el 21 de agosto de 1923, en honor a la presa ubicada hasta la fecha en la sierra norte del
estado de Puebla, cerca del pueblo de Huachinango.
Contó con el apoyo económico de la Compañía de Luz y Fuerza. La mayoría de los jugadores eran
empleados de la empresa. Adoptó los colores rojiblancos de su equipo favorito, el Stoke City de
Inglaterra.
Según el profesor Felipe Franco, Necaxa significa habitante del cajete de agua, moradores de la
concavidad del río o agua que no merma o afloja.
El historiador Guillermo Garrido afirma por su parte que el nombre proviene del vocablo totonaca
Nakaksan, cuyo significado es lugar de ruido como el producido por la caída del agua sobre los
acantilados, que daría lugar a la citada presa. De una manera u otra, el nombre del centenario
equipo tiene orígenes acuáticos.
El Presidente Pascual Ortiz Rubio inauguró el Parque Necaxa en la Ciudad de México el 14 de
septiembre de 1930. A pesar de que en esa época no había tráfico, Ortiz Rubio llegó tarde y dio la
patada inicial cuando ya había comenzado el partido entre el Necaxa y la Selección Mexicana.
Tras una breve interrupción, el juego continuó. Ubicado entre Viaducto y Obrero Mundial, a unos
pasos de donde se encontraba el flamante Parque Delta, el pintoresco estadio fue el primero en
recibir un partido eliminatorio de Campeonato Mundial entre México y Cuba, rumbo a Italia 34.
En esos tiempos surgió la fuerte rivalidad necaxista con el Atlante, el otro equipo popular de la
capital, integrado por yeseros, carpinteros, pintores y obreros de la construcción, que hacían
maravillas con la bola de trapo.
En 1935, el Necaxa se convirtió en el primer campeonísimo, apodo que inventó el periodista
Francisco Martínez de la Vega, Pioquinto, Jefe de la Sección Deportiva del periódico El Nacional.
En 1943, tras el asesinato del señor Fraser, el Necaxa desapareció siete años de la Primera
División. Esto quiere decir que a los bien llamados electricistas no les tocó vivir el inicio de la etapa
profesional del balompié nacional.
Pero el 24 de septiembre de 1950 regresaron al máximo circuito por intercesión del político Juan
José Rivera Rojas, sin tener que conquistar algún título o pasar por la Segunda División,
consumándose así el primer ‘dedazo’ histórico de los muchos que vendrían más adelante en el
futbol a la mexicana.
En las décadas siguientes ha sido común la aparición indiscriminada de franquicias sin logros
deportivos, la desaparición de los torneos serios que eran los de liga, la aberrante anulación del
ascenso y el descenso o la reinstalación en Primera División por arte de magia, de equipos
descendidos como el Puebla en 1999 o el Atlante en 2001.
Aparte de su ausencia temporal en los años cuarenta, el Necaxa ha vivido otros sobresaltos. Perdió
su esencia mexicana al cambiar su nombre por el de Atlético Español de 1971 a 1982, pasó a ser
propiedad de Televisa, sufrió dos descensos y recaló en la ciudad de Aguascalientes en 2002.
El equipo fundado por un europeo con la denominación de una presa poblana, arraigado en la
Ciudad de México y reubicado en Aguascalientes, cumple su centenario afrontando un futuro
incierto.
El equipo suele jugar de negro, en la absurda negación de sus colores. Mercadotecnia mata
tradición. Aun así, los fieles partidarios de los Rayos tienen motivos para sentirse orgullosos en
este aniversario, finaliza Murrieta.
Sin embargo, persiste la gran duda: Si el equipo nació en Puebla y el nombre es muy conocido en
el estado y sobre todo en la Sierra Norte, ¿por qué el futbol profesional no nació hace 101 años y
se desarrolló en Puebla con el nombre de Necaxa? ¿Nadie se acordó de ello en ascensos y
descensos? ¿No hubiera sido genial que el futbol poblano naciera en Necaxa hace 101 años o
hubiera regresado en algún momento?
El Club Puebla, nacido como Puebla Futbol Club, fue oficialmente fundado el 7 de mayo de 1944 y
hoy día está en el último lugar de la tabla de Primera División. Una auténtica tragedia.
En fin, como escribió el autor del Himno del Necaxa:
¡Vamos Rayos!,
adelante ganaremos con tu sangre de Campeón.
El Necaxa es nuestro equipo y triunfaremos.
El Necaxa es un equipo vencedor.
¡Fuerza Rayos!…
¡Fuerza Rayos!…
¡Fuerza Rayos!…
¡Fuerza Rayos!…
raultorress@hotmail.com
Abogado egresado de la UNAM. Fue reportero de El Heraldo de México, director de La Voz de Puebla, subdirector y director de El Sol de Puebla, director de Comunicación Social de los alcaldes Jorge Murad, Guillermo Pacheco y del gobernador Manuel Bartlett, director de El Heraldo de Puebla y director de El Popular.