Incendios forestales, la Espada de Damocles en la Sierra Norte de Puebla

Urge una institución intermunicipal de Ecología
Un reto para las nuevas generaciones
Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán
Jamás en la historia de esta comarca serrana quien esto escribe, frisando las ocho décadas de mi existencia, había visto y vivido la serie de incendios forestales como los que, en las últimas semanas, hemos  vivido.
Mareas de fuego, de tal intensidad, al grado que las autoridades, dentro de su impotencia, decidieron cerrar carreteras para evitar que los viajeros fueran a sufrir graves accidentes o incidentes de riesgo que pudieran poner en peligro su integridad debido precisamente a estos incontrolables incendios.
Los esfuerzos oficiales con mínima o ninguna efectividad para combatirlos y menos para extinguirlos, tuvieron que aguardar hasta que por naturaleza propia se apagaron, hasta cuando la yesca, los árboles y todo lo que pudiera arder, terminó por quemarse.
Michuca, Tlalcoyunga, Necaxaltépel, la Cuenca de Totolapa, Cuacuila, Papatlazolco, San Miguel, La Palpa y una decena más de lugares de conflagración forestal, en este y otros municipios serranos acabaron con millares de árboles, fauna y flora local que pone en grave riesgo el medio ambiente regional.
Un medio ambiente regional tan acostumbrado a un promedio de humedad que cada vez más se pierde y provoca serios perturbaciones en toda la actividad productiva en el campo, el medio ambiente afectado amenaza a la flora y la fauna local, ya de por sí tan mermada a estas alturas de nuestra existencia.
BREVIARIO HISTÓRICO
Creo, sin temor a equivocarnos, que somos de las últimas generaciones de serranos que tuvimos la suerte de nacer, en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, (1939-1945) en jugar canicas en las calles de Huauchinango o a “Los Encantados”, lo mismo al “Bote Pateado” o “al Burro Castigado”, en fin, a toda hora en plenas calles sin temor a los vehículos.
De igual manera íbamos a chacalear, es decir ir a capturar camarones de río en el Río Chiquito, lo mismo al río de “La Morena”, “La Encantada”, “El Sifón”, el Río de Cuacuila, Hueyatlalco, Acatlán,  en fin, la serie de ríos y arroyos que del Oeste, al Este surcan nuestro geografía serrana y van cuesta abajo para formar la Cuenca del alto Tecolutla que, 80 años más tarde, algunos de esos cauces han desaparecido y en el resto ni siquiera pensar en meterse a nadar, como acostumbrábamos hacerlo de tan alta es la contaminación. Un panorama digno del Infierno de Dante.
Y, todo esto, debido a los altos índices de contaminación que tiene como consecuencia la pérdida de la fauna de Ribera, la ausencia de grandes parvadas de aves que de tan elementalmente naturales en esta Área Protegida de la Cuenca Hidrográfica Río Necaxa hoy, las nuevas generaciones, ni las conocen.
Hay dos factores principales; la apatía social y la ineptitud de gobiernos dirigidos por personas ignorantes, iletradas y verdaderamente irresponsables.
De allí que hoy, desde la sociedad urge, como lo consigna en una de sus propuestas quien fuera candidato a Diputado Federal por Huauchinango César Benavidez Manzano, que se integre desde los gobiernos municipales de esta comarca una “Comisión Intermunicipal de Protección Ecológica”.
En esto, quien fuera candidato a diputado federal por el Partido Movimiento Ciudadano, hace énfasis en decir que la devastación de los bosques, la contaminación de los cuerpos de agua, así como su recuperación, debe ser una preocupación constante del Gobierno Federal así como del Estado y los Municipios.
Hay quienes recordamos que hace muchos años había gente que se dedicaba cuidar los bosques (“forestales”, les decíamos) y se acabó ese cuerpo de resguardo al ecosistema y hoy, se acaban los montes, se incrementan los incendios, se secan acuíferos.
ACCIONES DE REMEDIACIÓN
Por eso, tenemos la urgencia de regresar e integrar una Comisión Intermunicipal de Protección Ecológica con gente preparada y profesional como: Ecólogos, Ingenieros Ambientales, Científicos Climáticos, Conservacionistas de la Naturaleza, Especialistas en Energías Renovables, Gestores de Residuos, Urbanistas Sostenibles, Educadores , Activistas Ambientales y Brigadas de Reforestación, que todos ellos, junto con la gente, se encarguen de remediar el grave daño que en siete décadas hemos hecho a los bosques, a los ríos, a la fauna y castigar con gran severidad los delitos ambientales para la gente haga cosas como contaminar o en contra de la naturaleza.
Pero ahora, lo urgente, con las primeras lluvias es conformar brigadas para la reforestación permanente y que se encarguen de sembrar, vigilar, cuidar los renuevos y los bosques, necesitamos allí personal forestal comprometido, que sientan con deber de cuidar y apoyarse con las leyes más estrictas en el rubro de ecología.
A mis casi 80 años y a punto de, en cualquier momento, rendir cuentas al Creador, en lo personal quiero que los ríos vuelvan a ser lo que eran antes, que mis nietos y mis biznietos los vean repletos de “chacales” y charales, que zumben las aguas nubes de mosquitos y el croar de las ranas, junto con el vuelo de las libélulas y que, por las noches, se incendien los bosques con el resplandor de las luciérnagas, en fin, que se acabe con la contaminación de los ríos.
EPÍLOGO (Lo seguiremos ecribiendo. Conste)
Tenemos ya, encima, el Cambio Climático que es la más grave de las amenazas y si seguimos como vamos, no quisiera legar a mis nietos ni a mis biznietos una herencia de deforestación, falta de agua, nubes tóxicas que a nivel nacional debiera ser ya un grito de alarma para todo el género humano, al menos lo denuncio y seguiremos en lo mismo, hasta que el cuerpo aguante. Conste.         

 

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