El recinto ícono de la cultura nacional ha recibido a cantantes, actores y actrices de renombre internacional
CIUDAD DE MÉXICO, CDMX.-30 de Septiembre de 2020.- Su historia es amplia y diversa, desde hace 86 años el Palacio de Bellas Artes (PBA) se mantiene como el recinto ícono de la cultura en México por los espacios dedicados a las diferentes disciplinas artísticas: teatro, danza, ópera, música, literatura y artes plásticas, principalmente, así como por su majestuosidad, arquitectónica.
La Secretaria de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) felicita este día al recinto que es sede de las compañías y agrupaciones artísticas más importante del país y recibido a grandes artistas mexicanos y extranjeros, quienes se han presentado en su fastuoso escenario para disfrute de sus públicos.
En el marco de la campaña “Contigo en la distancia”, cabe recordar que en su escenario se han presentado Maria Callas, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, José Carreras, Teresa Berganza, Zubin Mehta, la Royal Philharmonic Orchestra, la Orquesta Filarmónica de Viena, Pina Bausch, Marilyn Horne, Mstislav Rostropóvich, Chavela Vargas, Joan Manuel Serrat, Juan Gabriel, Lola Beltrán, Jaime Sabines, Alondra de la Parra, Gustavo Dudamel y Elisa Carrillo; por mencionar algunos.
Asimismo, en este recinto se han brindado homenajes póstumos para reconocer el aporte a la vida cultural de artistas, así como a escritores de diferentes épocas, entre ellos Frida Kahlo, Agustín Lara, María Félix, Gabriel García Márquez, Carlos Monsiváis, Francisco Toledo, Juan Gabriel, Gilberto Aceves Navarro y José José, entre otros personajes.
Antiguo Teatro Nacional
Todo surge con la idea de reformar el antiguo Teatro Nacional, hacia el año 1900, aunque al mismo tiempo se pensaba en la construcción de un edificio que respondiera en forma adecuada a las necesidades de la época, en un lugar más apropiado.
El encargado de realizar la nueva edificación fue el arquitecto Adamo Boari, quien entregó los textos de anteproyecto en 1902 y el proyecto definitivo en 1904, destacando constantes en el programa arquitectónico y urbanístico que el gobierno de esa época maneja, como la edificación de obras monumentales en diversos lugares de la capital, además de las ideas del arquitecto italiano: un teatro moderno, con los sistemas de construcción más novedosos.
El teatro y su plaza ocuparon el predio donde se ubicaba el antiguo convento de Santa Isabel, limitado al norte por la calle de la Mariscala (avenida Hidalgo); al sur por la calle del Puente de San Francisco (avenida Juárez); al oriente por la calle de Santa Isabel (Eje Central), y por el Mirador de Santa Isabel o la Alameda (Calle Ángela Peralta) al poniente.
Utilizando un sistema constructivo de Boari, el cual consistía en el empleo de una estructura de acero para muros y techo, y una plataforma rígida de acero y concreto con poca profundidad de excavación. En los interiores utilizó el Art Nouveau, en la sala de espectáculos sería decorado con aplicaciones de cerámica y hierro bronceado, destacando flores naturales en el vestíbulo y hall.
La construcción inició en 1904 pero se vio interrumpida a partir de 1912, fecha en que cambian las condiciones del contrato del arquitecto Boari, hasta su salida del país en 1916. En esta etapa solo se había concluido todo el exterior, a excepción del recubrimiento de la cúpula. De 1917 a 1929 hubo dos intentos para reanudar los trabajos; en 1919 con Venustiano Carranza y en 1929 con Plutarco Elías Calles, pero se avanzó muy poco.
La etapa de terminación de construcción fue de 1930 a 1934, con el arquitecto Federico E. Mariscal como director de los proyectos de conclusión.
Entre todos los elementos de valor cultural que se encuentran en el Palacio, algo que no puede pasar desapercibido es su Sala Principal. En ella destaca su gran cortina de cristal, la cual contiene cerca de un millón de piezas de cristal opalescente, de 2cm cada una; siendo su decoración los legendarios volcanes que enmarcan el Valle de México: el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. El paisaje es el mismo que podía admirarse desde las ventanas del Palacio Nacional a principios del siglo XX.
Basado en la idea original del arquitecto Adamo Boari, el artista húngaro Géza Maróti ejecutó un primer proyecto para su elaboración, en 1908. Sin embargo, Harry Stoner, diseñador de escenarios y pintor, fue quien lo concretó.
El motivo principal de su construcción era crear un telón protector contra incendios, lo que era una de las grandes preocupaciones de esa época. La cortina de cristal fue mandada a elaborar por Boari a la Casa Louis C. Tiffany de Nueva York, donde fue exhibida antes de ser enviada por barco a la Ciudad de México.
Otra de las majestuosas obras decorativas que se encuentran en el interior de la Sala se localiza en su techo, donde se puede ver un plafón transparente, el tema de la composición que lo adorna es el Olimpo, en él se ve a Apolo rodeado por las nueve musas. Este vitral fue creado por el artista Géza Maróti.
En 1934, la inauguración
El sábado 29 de septiembre de 1934, a las 10:20 horas se escucharon las ovaciones que anunciaban la presencia del presidente Abelardo L. Rodríguez, quien inauguró el Palacio de Bellas Artes durante una ceremonia que se dividió en dos partes.
En el programa matutino se tocó el Himno Nacional y el estreno mundial de Llamadas, Sinfonía proletaria, dirigida por su propio compositor, el maestro Carlos Chávez, e interpretada por la Orquesta Sinfónica de México, los Coros del Conservatorio Nacional de Música y las Escuelas de Artes para trabajadores.
El evento cerró con la Declaratoria de apertura hecha por el presidente de la República, la visita al Museo de Arte Popular, los recorridos a las Exposiciones de Artes del Libro, de Escultura Antigua Mexicana y a las Galerías de Pintura.
Las actividades nocturnas se iniciaron a partir de las 21:00 horas con la interpretación de la Sinfonía Pastoral de Beethoven, por la Orquesta Sinfónica de México.
Concluyendo la inauguración con la puesta en escena de La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón, dirigida por Alfredo Gómez de la Vega.
La actriz María Tereza Montoya encabezó el reparto de los actores, entre los que se encontraban Ricardo Mondragón, Isabela Corona y Miguel Manzano. La música incidental de la obra fue inspiración del maestro Manuel M. Ponce.
El director del Departamento de Bellas Artes, Antonio Castro Leal, declaró días antes a la prensa capitalina que se había elegido la presentación de una obra dramática para la inauguración del Palacio de Bellas Artes, con el propósito de que hubiese un mayor contacto con el público y para que éste pudiera apreciar los recursos del moderno escenario.
Al gran acontecimiento asistieron los representantes del cuerpo diplomático, gobernadores de los diferentes estados, miembros del gabinete presidencial, destacados intelectuales y artistas de renombre internacional, como Dolores del Río y Douglas Fairbanks, entre otros, que volaron directamente desde Hollywood días antes para presenciar el histórico acontecimiento.
Con el correr de los años el Palacio fue remozado en diversas ocasiones, nada sustancial. No es sino hasta mediados de 2008, en virtud de un dictamen emitido por especialistas en ingeniería y arquitectura teatrales, que la Sala Principal del Palacio fue sometida a una remodelación integral que incide esencialmente en la mecánica teatral, tramoya, e isóptica del recinto, así como en sus sistemas de iluminación, acústica y video. Lo anterior, conllevó algunas modificaciones arquitectónicas específicas en el foro, foso, área de luneta y rediseño de la butaquería, y una nueva cabina de comando, actualización, optimización y ampliación del equipamiento existente que permite no sólo garantizar la seguridad del público, trabajadores y del recinto, sino ser sede de eventos multidisciplinarios de primer nivel. Paralelo a estas intervenciones se efectuó un detallado remozamiento de los atractivos decorativos de la sala, como el mosaico bizantino, el vitral y el telón incombustible.
El nuevo teatro del Palacio de Bellas Artes fue reinaugurado el 19 de noviembre de 2010, en el marco de los festejos conmemorativos del Centenario de la Revolución Mexicana.
Sede de agrupaciones del INBAL
En la actualidad, el Palacio de Bellas Artes es la sede de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes, la Compañía Nacional de Ópera, la Orquesta de Cámara de Bellas Artes y la Compañía Nacional de Danza.
Tiene en su interior, además de su Sala Principal, la Sala Manuel M. Ponce, la Sala Adamo Boari, el Museo Nacional de Arquitectura y el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Este día, al igual que muchas actividades que se han realizado en los últimos seis meses, la Orquesta Sinfónica Nacional dedica al coloso de mármol, en forma virtual, Las Mañanitas; mientras en redes sociales del INBAL se tienen preparadas anécdotas, datos curiosos, videos e imágenes diversas relacionadas con el recinto del INBAL.
Localizado en el Centro Histórico, el Palacio de Bellas Artes es referente, lugar de encuentro, foro de ideas, paisaje cotidiano, amén de espacio cultural donde lo mismo puede uno escuchar un concierto de Beethoven que admirar los murales expuestos en su interior o apreciar una obra teatral, operística, un montaje o una exposición.
La Gaceta de la Sierra Norte es un sitio de noticias de los acontecimientos más relevantes del Municipio de Huauchinango, Puebla y la región Septentrional Poblana.