El Despropósito del Mesías Macuspano

Noticiero de la Sierra Norte
Un Breviario Cultural Gratuito
Por Carlos Castelán
La insistencia del Mesías Macuspano en redefinir o reescribir reglas jurídicas emanadas de la Constitución Política, para torcerlos a sus propios fines, no es nada nuevo, lo hemos visto y vivido a través de estos casi seis años que están a punto de cambiar de rumbo (México Resiste!) y de esa manera volver al carril Constitucional del que desde 2018, al igual que el Tren Maya, nos descarrilaron.
Mire que llamar Plebiscito o Referéndum a un Proceso Electoral con toda la barba, es un verdadero despropósito ya que cada uno de estos ejercicios democráticos, de acuerdo con el gobierno que lo lleve a cabo, tienen una función específica.
Vgr: El Plebiscito, jurídicamente hablando, es un mecanismo de participación por el que la ciudadanía puede aprobar o rechazar actos o decisiones relacionados con políticas públicas y específicamente tiene que ver con asuntos de naturaleza política.
El Plebiscito, originario desde el Derecho Romano, ha sobrevivido a muchos cambios, sin embargo sobrevive desde la éoca antigua hasta la contemporánea y moderna manteniendo su esencia.
Mientras el Referéndum que es una consulta relativa a la integración y establecimiento de una Constitución, aprobar una Ley de manera específica o una Reforma Constitucional y tiene que ver con la permanencia, aceptación o rechazo de un Tratado Internacional, por lo que un Referendum es, en los hechos, una consulta sobre un asunto de naturaleza jurídica mientras que el plebiscito tiene que ver con asuntos de naturaleza política. Los referendos pueden ser vinculantes o no vinculantes, dependiendo de la legislación del país
La diferencia principal radica en el uso del término, el interés y la naturaleza de la consulta. Mientras que el Referéndum suele estar asociado a temas legislativos o constitucionales, el Plebiscito puede abarcar cuestiones más amplias y, a menudo, se utiliza para legitimar decisiones políticas importantes o ratificar actos de gobierno.
Así que, recapitulando, un Referendum y un Plebiscito son mecanismos de consulta directa a la población sobre decisiones específicas, pero que vivan las diferencias ya que mientras el Referéndum se utiliza más comúnmente para asuntos legislativos y constitucionales, el Plebiscito puede tener un uso más amplio y flexible.
ELECCIÓN CONSTITUCIONAL
Por otro lado y diametralmente opuesto, es una Elección Constitucional ya que este ejercicio democrático se refiere a un proceso electoral para elegir representantes que tendrán la tarea de Redactar o Reformar una Constitución, este tipo de elección, de ninguna manera es lo mismo que un Referendum o un Plebiscitum, ya que implica elegir a individuos, que son conocidos como Constituyentes cuya función específica es la de trabajar en la creación o modificación del Marco Constitucional de un país.
Así que una Elección Constitucional; es un proceso de elección de Representantes Cons-ti-tu-yentes, no es una consulta directa sobre una propuesta específica, sino una Elección, por votación Libre, Secreta y Directa sobre diversas propuestas partidistas quienes serán los encargados de dar rumbo y certeza a todo un país.
Por lo tanto no es correcto llamar a una Elección Constitucional, Referéndum o Plebiscito ya que cada uno  se refieren a sufragios sobre cuestiones específicas, mientras que una Elección Constitucional implica la selección de representantes para una tarea de Redacción de Leyes y aunque los tres términos se refieren a mecanismo democráticos son distintos y no deben confundirse.
Hemos de recordar que en el año de 1999 Venezuela eligió a una Asamblea Constituyente, posteriormente en el año 2004  en un Referendum o Plebiscito, como el mencionado por el Mesías Macuspano, consultaron la Revocatoria de Mandato que fue rechazada, posteriormente por un sistema de Referendum Aprobaron la Reelección y en el año 2009 aprobaron -por el mismo método- la Reelección Indefinida y de la consulta del año 2017, mejor ni hablar, lo que sí es que ahora volteen a ver a Venezuela. Que no confundan los términos y menos sus consecuencias. Pero, más tarde, Veremos y diremos. Conste.

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