Por Lourdes Del Valle, Movimiento Ciudadano (MC)
Sin duda el tema en el Día Internacional de la Mujer anunciado por la ONU, para este año: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19” no podría haber sido más acertado ya que esto, a un año que en México padecemos los efectos devastadores de esta Pandemia, padecemos, al mismo tiempo, desde el inicio de este gobierno sus frecuentes signos de violencia e inseguridad.
De allí que aquí, en México, a nivel nacional, en diversas ciudade,s las mujeres nos unamos y celebremos este Día de la Mujer, con marchas multitudinarias para exigir; “La participación de las mujeres y la adopción de decisiones por ellas de forma plena y efectiva en la vida pública, así como la eliminación de la violencia, para lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas” tal como lo recomienda la ONU.
Exigimos asimismo el derecho de las mujeres a la toma de decisiones en todas las esferas de la vida, la igual remuneración, la distribución equitativa de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados, el fin de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas y unos servicios de atención de la salud que den respuesta a nuestras necesidades.
Esta reivindicación de los Derechos de la Mujer, dada mi condición femenina, debe ser escuchada porque tenemos todo el derecho a manifestarnos pacífica y tranquilamente, incluso, con excesos, sobre todo cuando el Gobierno pone oídos sordos al clamor femenil.
Para eso el Estado tiene el monopolio de la violencia, según Max Weber y, si hay violencia, debe castigar al infractor de la Ley sin mediar género, condición o posición social, a lo que no tiene razón el Estado es a encerrarse e ignorar a los manifestantes sin concederles su Derecho a ser Escuchados.
A través de la historia lo hemos visto y las voces han sido escuchadas. El Derecho al Voto, de la mujer, en el año de 1947 se dio luego de que las mujeres mexicanas en un movimiento social nacional lo exigiera de distintas maneras, marchas, mítines, discursos, en fin.
74 años después, vemos los logros de nuestras antecesoras reflejado no sólo en el voto Femenino que en la actualidad está garantizado en este nuevo proceso electoral sino que sumamos el 52 por ciento de la Lista Nominal, es decir, las personas que tenemos el Derecho a Votar, los hombres, representan el 48 por ciento. En suma, las mujeres somos mayoría y gozamos de la paridad de género..
Las manifestaciones públicas no tendrían ninguna razón de ser en países dictatoriales, antidemocráticos. La de hoy, es una marcha femenil legítima y necesaria que se lleva a cabo con el fin de ser escuchadas. “A quien no habla no escuchan” y, en eso, estoy totalmente de acuerdo, existe pues, la garantía de manifestación, ahora habrá que esperar si hay el ánimo oficial para ser escuchadas y creo, en mi particular punto de visa que sí, dado que vivimos en un régimen producto de la Democracia Mexicana. Espero no ser tomada por “muy” optimista.
La marcha pública es una de las muchas formas que tenemos los mexicanos para que se nos escuche. Hacer público, hacer palpable nuestro descontento en estos tiempos toma visos internacionales y mueve la lupa de los diferentes países del mundo para ver qué es lo que queremos, hombres y mujeres en México.
El problema, es cuando la autoridad no toma en cuenta que las manifestaciones, si bien son de índole pacífica y provoca al considerar que se caerá en el disturbio con actos vandálicos, que las mujeres van a romper puertas, ventanas etc, y terminará hablando, no de una manifestación pacífica de mujeres sino de una manifestación de mujeres violentas.
Y esto podría trascender dado que el aparato de Estado se propaga con reflectores nacionales e internacionales y califica a un movimiento más malo que bueno, etiquetan al pensamiento femenino como “Feminazis”.
Sin embargo hoy, el gobierno federal y de la Ciudad de México, inició con una provocación “blindado” a la capital mexicana con enormes vallas de acero y altas bardas de tablas, como dando a entender que las mujeres ni seremos vistas ni seremos escuchadas, que nos debemos quedar afuera no sólo de los recintos donde el debate se debe llevar, sino de la voluntad oficial de ser escuchadas y eso, de inicio, descalabra y eso es un desafío.
Da tristeza que la finalidad del acto, bueno en sí por la reivindicación femenina, no sea bien vista por el Gobierno en turno y no sea algo bueno de qué hablar, alabar y admirar sino todo lo contrario y eso, nos perjudica, no somos tomadas en cuenta de ninguna forma por el valladar mudo y sordo que colocaron no sólo es físico que se mira en las calles, sino ideológico desde los más altos estratos del Gobierno, la misoginia como forma de gobierno
Y que no se nos tome en cuenta habla de la importancia que debe generar una protesta pacífica en favor de los derechos e igualdades de nuestro género.
Que protestamos…? Si señor, protestamos en este Día Internacional de la Mujer, porque a las mujeres, en este actual gobierno no se nos toma en cuenta y lo vemos palpable cuando propone a través de sus propios partidos políticos a violadores, a gente violenta, impresentable y acoge a la hez tránsfuga de los partidos políticos que tanto daño han hecho al país.
Por eso hoy, las mujeres debemos cambiar esta situación, porque estoy segura de que como mujeres, al fin de cuentas, y por un Derecho ganado a pulso, somos también electoras, en los hechos, somos más. Ya estamos cansadas; si nos unimos, lo cambiamos. Las mujeres sólo buscamos la igualdad de derechos, oportunidades y respeto, seguiremos luchando por ellos.
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