Huauchinango estigmatizado.

Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán
“Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti…”

Inaceptable, por donde quiera que se le vea, la inseguridad que existe en este país,  México, que se traduce en todo tipo de hechos violentos y que de tanta relevancia evidencian la incompetencia del sistema de  Seguridad Pública, “Servir y Proteger…” al pueblo tan sólo para adjetivarlo “a la delincuencia…”

Por ello, pagan Justos por Pecadores, lo que en la lengua de Cervantes nos explica que sin bien un grupo de personas que son justas, ergo: han hecho las cosas bien, pagan las consecuencias de las malas acciones de otras personas. Los justos sufren las consecuencias negativas de lo que han hecho los pecadores. Que traducido a un buen castizo podríamos resumir “y Huauchinango por qué….?”

De igual manera podríamos calificar el brutal crimen recientemente sucedido en el Estado Grande, en el municipio de Urique, dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en su intento de auxiliar a un hombre perseguido por feroces criminales que al final de cuentas hasta los cuerpos se llevaron.

Los sacerdotes jesuitas, octogenarios, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora intentaron ayudar a un hombre que buscó refugio en el centro religioso luego de que fuera perseguido por sujetos armados quienes finalmente lo ultimaron junto con los párrocos, que pretendieron prestarle ayuda y hoy, aún muertos, están desaparecidos, sus cuerpos fueron subidos en una camioneta y llevados a un  destino desconocido.

Estos últimos hechos violentos, que han tomado carta de residencia en todo el país y de los cuáles el Presidente Andrés Manuel López Obrador a cada vez que suceden dice: “…es que hay bastante presencia de la delincuencia organizada”, por lo que tal vez sería mejor, como dijera en días pasados, “Donde predomina una banda del crimen, las tasas de homicidios son menores, como es el caso de Sinaloa y Durango…” o sea, donde hay un solo grupo de delincuentes hay menos asesinatos que donde hay varios? y, la Seguridad Pública, incluido el Ejército Mexicano y la Armada de México, qué pitos toca en todo esto…? (es pregunta…) o sea, mejor abrazos y no balazos…?

Pero volviendo al caso de Papatlazolco, los justos (Huauchinango) se indignan porque en la información que se maneja se menciona a Huauchinango como el sitio del martirologio de  Daniel Picazo y no les falta razón, pero la realidad es que Papatlazolco también es Huauchinango y no querer aceptar esa realidad, es tanto como tratar de cercenar un órgano al cuerpo humano completo, incluso señalado el Google Earth, como lo evidencia la gráfica de este comentario.

Papatlazolco no es una isla, parafraseando a John Donne, que fuera la inspiración de Hemingway para su obra…

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.

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