Las complicaciones de un fracaso anunciado

Primera Parte:
Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán

En estos momentos las principales dificultades para la elección de Jueces y Magistrados  por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), tal como lo plantea la Reforma Judicial promovida por el presidente López Obrador, si bien ha generado un debate profundo sobre la independencia del Poder Judicial y los posibles impactos en el equilibrio de Poderes en México también es cierto que hay una verdadera complicación en su proceso.
A estas alturas el INE trabaja a todo vapor y en contra del plazo estipulado y que no lo consideran, según la presidenta del INE Guadalupe Taddei, suficiente para llevar a cabo lo que se conoce como un proceso inédito para  la elección de jueces y magistrados sin parangón en el mundo.
A estas alturas también es cierto que una de las principales preocupaciones del INE es no poder instalar las 170 mil casillas que se colocan de manera tradicional como en cualquier elección normal.
Si bien la Reforma Constitucional sugiere que el INE organice elecciones directas donde la ciudadanía vote por los jueces y magistrados de altos tribunales, también es cierto que los candidatos tendrían que cumplir ciertos requisitos como es la formación jurídica la experiencia y posiblemente ser propuestos por instituciones públicas, partidos políticos o incluso la ciudadanía.
Sin embargo el rol del INE es que sería únicamente responsable de organizar y supervisar estas elecciones, lo cual añade una carga importante a su agenda, ya saturada por elecciones federales, estatales, locales y consultas.
Frente a esta situación uno de los principales retos es, sin duda, garantizar independencia judicial ya que esta elección lleva el riesgo de que haya una politización desde la propuesta y que los jueces dependan más de intereses partidistas o grupos de presión que de criterios estrictamente legales. Además de que habría un impacto profundo en la imparcialidad ya que los aspirantes a jueces y magistrados podrían tomar decisiones riesgosas con miras a ganar apoyo popular en lugar de apegarse a la ley.
De acuerdo con los criterios de selección y evaluación los desafíos que deberán encarar será definir mecanismos claros para la postulación de candidatos que garanticen capacidad y ética, pero…quién los va a garantizar? Esta sería la pregunta.
Además el  INE deberá establecer criterios objetivos para validar las candidaturas y evitar posibles irregularidades, pero de qué manera lo va a hacer?
Por otro lado, si bien las elecciones electorales que de manera corriente se llevan a cabo con regularidad, tienen un gran porcentaje de abstencionismo,  este nuevo tipo de elección, del que la gente, el “pueblo bueno”, carece completa y totalmente de conocimiento ergo una Educación Cívica comprometida, provocará la aparición de un electorado con una baja o nula comprensión del Proceso porque, a no dudarlo, la ciudadanía carece de información suficiente para evaluar las cualidades de un juez o magistrado o cómo se miden éstas.
Los aspirantes deberán enfrentar campañas publicitarias costosas a menos que sean financiados por quien usted ya sabe, de otra manera podrían depender de campañas publicitarias mediocres que si bien buscan priorizar la imagen sobre las credenciales del candidato, éstas sería inocuas..
Por otra parte el INE ya enfrenta una carga significativa con la organización de elecciones regulares y la implementación de estas nuevas elecciones judiciales deberá depender de  más recursos humanos y financieros, independientemente de que por medio de los órganos judiciales podrían enfrentar resistencia con el argumento que la Reforma vulnera la autonomía del Poder Judicial.
Otra de las  posibles consecuencias y, muy nefasta por cierto, podría ser el Impacto en la inversión extranjera ya que una judicatura menos independiente podría afectar y aumentar la desconfianza en inversionistas debido a una cuestionable estabilidad jurídica de México.
Por si esto no fuera ya de por sí complicado, otro de los problemas a futuro que podría generar un descontento social podría ser la percepción de que el proceso electoral de Jueces y Magistrados no sea percibido como transparente, lo que estaría ahondando aún más  la natural desconfianza ciudadana en las instituciones, sobre todo cuando no las percibe claras y transparentes.
Ejemplo de esto sería un provocador fortalecimiento del presidencialismo, ya que con el control del Poder Judicial como hoy lo hace con el Congreso, por medio de la cacareada Supremacía, podría provocar la concentración aún más poder en el Ejecutivo, especialmente si los jueces electos, propuestos por MORENA, son más afines al partido en el poder que a los necesitados de Justicia. Por lo que en breve, lo Veremos y los Diremos.

Verificado por MonsterInsights