Marcelo anuncia su renuncia…

Observatorio Político
Por Maquiavelo

Sin duda Marcelo Ebrard quien abrevara en la mejor escuela priísta de entonces, asi como con la experiencia de haber paseado por lo pasillos del poder en diversas ocasiones y múltipes partidos políticos hasta recalar en MORENA, no se le mira cauto ni sometido, sino adelantado y directo dentro de su convicción de que quien sabe y conoce merece.

Por ello, desde el principio, discrepando y no, de las declaraciones de un Mario Delgado atropellado y sinuoso, traidor y pendenciero, no lo vemos sometido sino más bien echado para adelante y buscando un lugar que considera ya es justo para él; candidato a la Presidencia de la República.

Si bien son apropiados y muy diferentes los procesos electorales de elección uno de ellos de Morena y el otro a nivel nacional con las siglas de un partido, se mantiene firme en su convicción de ser el candidato de este movimiento que fundó ese chivo en cristalería que resultó ser su líder moral.

Su currículum y capacidad política de conciliación se le mira lejos de la actitud valentona, matona y gangsteril que desde el primer momento de esta administración ha caracterizado a la política no sólo interna, sino de extranjería de un país que se presentaba como cociliador y con apego a una doctrina Estrada en el estricto sentido de la “no intervención y autodeterminación de los pueblos” que parece haber sido enviada al cubo de la basura.  

De allí viene, sin duda, el valor y la capacidad de gobierno de Ebrard. Demostrado en múltiples ocasiones, obligado por la circunstancias a sacar las castañas del fuego, debe observar seguramente, con ojos de impotencia, el papelazo de México en los distintos foros internacionales que harían llorar a los más destacados internacionalistas mexicanos que lucharon por la no intervención, autodeterminación y la igualdad de los Estados, el respeto a la dignidad de los gobiernos extranjeros. Sin que medie más nada, lo que representa, en los hechos, la política de un buen gobierno.

Hemos de recordar, en el libro “Cien años de Política Exterior Mexicana” de Juan Carlos Mendoza Sánchez, hace una glosa de ello cuando trae a colación:  “Finalmente, es de destacarse que en la IX Conferencia Internacional Americana efectuada en 1948 en Bogotá, a propuesta de México, la esencia de la Doctrina Estrada se reconoció dentro del derecho de Legación:
El derecho de mantener, suspender o reanudar las relaciones diplomáticas con otro gobierno no podrá ejercerse como instrumento para obtener ventajas injustificadas conforme al Derecho Internacional, y también, que el establecimiento o mantenimiento de relaciones diplomáticas con un gobierno no envuelve juicio acerca de la política interna de ese gobierno”. (Ibídem).
Perú (et al)

De allí que, quitarse esa gran piedra de Pípila para lanzarse a la búsqueda de una candidatura que no es mal vista por la ciudadanía podría, más bien,  darle ese voto de confianza que desea para exponer propuestas de  gobierno congruentes, sin embargo le tocará competir con una alianza partidista que si bien se mira amorfa y desordenada, tiene la capacidad de adaptación y como se vio el Coahuila, la capacidad de sacar a la población a sufragar a su favor, sobre todo, con la experiencia en el Estado de México.  Pero bueno, en los hechos, Veremos y Diremos. Conste.

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