Observatorio Político
Por Maquiavelo
Calificar a los cárteles mexicanos de las drogas como organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés) por parte de los Estados Unidos podría tener consecuencias significativas en diversos ámbitos para México, los Estados Unidos y la región fronteriza, principalmente provocado por la permisividad del gobierno de México para evitar combatir a los cárteles de la droga sustentados en la frase de Andrés Manuel Lópes Obrador de “abrazos a los balazos”.
Posibles efectos por este calificativo:
1. Consecuencias para México: FTO significa Foreign Terrorist Organization (Organización Terrorista Extranjera) por sus siglas en inglés, un término utilizado oficialmente por el Departamento de Estado de los Estados Unidos para designar a grupos o entidades extranjeras que están involucrados en actividades terroristas y que representan una amenaza para la seguridad nacional, la política exterior o los intereses económicos de Estados Unidos.
Los criterios para la designación como FTO (Foreign Terrorist Organization) es que debe ser una entidad extranjera y operar fuera de los Estados Unidos.
Esta organización debe estar involucrada en actos terroristas y/o tener la capacidad e intención de llevarlos a cabo, ser por lo tanto una real amenaza a los EE. UU y representar un riesgo real para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Debe operar fuera de los Estados Unidos, debe estar involucrada en actos terroristas o tener la capacidad e intención de llevarlos a cabo, así como representar una amenaza significativa para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Las Consecuencias de la designación de alguna organización como Grupos Terroristas es, de primera instancia, aplicar sanciones financieras a esta organización y socios afiliados y comienza con la congelación de los activos de la organización en jurisdicciones de EE. UU y sus socios.
Es considerado ilegal que personas o entidades de EE. UU. brinden apoyo material, financiero o logístico a los grupos designados asimismo son reos de restricciones migratorias, los miembros de estas organizaciones no pueden ingresar a los Estados Unidos, y aquellos que ya están en el país pueden ser deportados.
Con esta designación se busca combatir el terrorismo global mediante la presión económica y política, además de limitar la capacidad operativa de estos grupos.
Por otro lado, el etiquetado de los cárteles de las drogas como organizaciones terroristas podría ser percibido como una injerencia en los asuntos internos de, en este caso, México, lo que podría tensionar las relaciones diplomáticas entre ambos países, especialmente si Estados Unidos se sintiera autorizado a realizar operaciones unilaterales en territorio mexicano, como ataques con drones o incursiones militares, algo que violaría la soberanía mexicana.
Esto, al mismo tiempo, podría traer una escalada de violencia, sobre todo si las operaciones militares más intensivas (ya sean mexicanas o estadounidenses) contra los cárteles provocarían una respuesta violenta de estas organizaciones incrementando la inseguridad en el país. Esto ya se ha observado en operaciones anteriores como en el año 2019 con la captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán.
Impacto económico:
Por otro lado, si los Estados Unidos impusieran sanciones financieras más severas, podría afectar la economía mexicana al complicar las transacciones financieras de empresas o individuos en México, incluso de aquellos que no estén involucrados directamente con el crimen organizado. También se podría desincentivar la inversión extranjera por el incremento en la percepción de riesgo.
Daño a comunidades locales:
Esta designación podría endurecer las tácticas de combate contra los cárteles, afectando a comunidades rurales que dependen localmente de una economía generada por actividades ilegales o que se encuentran en medio de la violencia.
Consecuencias para los Estados Unidos
Los Estados Unidos podrían tener mayor facilidad para tomar acciones legales y financieras, ya que designar a los cárteles como terroristas permitiría a las agencias estadounidenses congelar activos, imponer sanciones económicas y procesar a colaboradores o financiadores bajo leyes antiterroristas lo que fortalecería su capacidad para desmantelar redes de tráfico en su propio territorio.
Justificación para acciones militares:
La designación podría ser utilizada como una base legal para justificar operaciones militares directas en México, algo que algunos sectores políticos en EE. UU. han propuesto, sin embargo, podría generar tensiones internacionales significativas.
Aunado a esto habría un impacto significativo en el flujo migratorio ya que una escalada de violencia en México podría empujar a más personas a huir hacia Estados Unidos, aumentando la presión en la frontera y complicando aún más la ya tensa situación migratoria que con Trump enfrenta ya, de hecho, graves problemas por las deportaciones masivas prometidas.
Estigmatización de comunidades mexicanas en EE. UU.
La designación podría fomentar actitudes xenófobas o discriminatorias contra los mexicanos en Estados Unidos, al asociar de manera generalizada a los inmigrantes con el crimen organizado.
que, por otro lado habría una mayor militarización fronteriza, ya que los Estados Unidos podría reforzar aún más la vigilancia y el despliegue militar en esa zona, incrementando las tensiones en la región y dificultando el comercio legítimo y la movilidad de personas.
Interrupción del comercio:
Las inspecciones fronterizas podrían intensificarse, ralentizando el tráfico comercial entre ambos países dado que México y Estados Unidos tienen una relación comercial profundamente interdependiente.
Incremento en la violencia transfronteriza:
Los cárteles podrían responder al nombramiento con actos de violencia en la región fronteriza, incluyendo ataques contra infraestructura crítica o fuerzas de seguridad estadounidenses.
Dentro del impacto en la cooperación binacional México podría verse presionado a colaborar más estrechamente con EE. UU., pero también podría resistirse debido al temor de ser percibido como subordinado a los intereses estadounidenses y generar conflictos en programas de cooperación en seguridad, como la Iniciativa Mérida o el Entendimiento Bicentenario.
Las consideraciones legales e internacionales debido a la definición controvertida de terrorismo, podría generar un debate internacional, ya que los cárteles no cumplen estrictamente con el perfil clásico de un grupo terrorista, que tiene fines políticos o ideológicos, aunque utilizan tácticas similares como la violencia extrema, amenazas y en este caso, el envenenamiento aun mayor, de una población adicta a las drogas. Por eso los Estados Unidos podrían verse presionados a adoptar medidas fuertes podrían aislar aún más a México en el ámbito internacional.
Por lo que este nombramiento, aunque podría fortalecer los esfuerzos estadounidenses contra el narcotráfico en su país, tendría riesgos significativos de escalamiento en la violencia y tensiones diplomáticas en México. Pero en fin, Veremos y Diremos. Conste.
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