El Gran Perdedor en las elecciones

El pueblo habló, el pueblo será escuchado
Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán
Pese a la situación de emergencia por la pandemia -que en todos lados hay- las votaciones en los procesos electorales en Hidalgo y Coahuila con un más o menos 50 por ciento de afluencia ciudadana, es algo que debiera llamar la atención a las dirigencias partidistas que piden cambios verdaderos y una política constructiva para el país,

Diputaciones y presidencias municipales le fueron negadas a MORENA  y sus corifeos luego de los desastres locales, regionales y nacional que su política aldeana en pueblos y ciudades mantiene a la población en un grito desesperado (no escuchado) de ayuda.

Clamor que no termina por comprender este gobierno que deja hacer y deja pasar y mejor opta por  un revanchismo político con mirada hacia el pasado.

Declaraciones incongruentes en todos los frentes de los MORENOS en el Poder, desde la primera Magistratura, hasta el municipio más alejado del centro pero todos en la misma postura de terminar con una corrupción que no tiene para cuándo acabar y se incrementa.

Ejemplos muchos se han visto hoy y en los pasados dos años de gobierno. La gente, el pueblo, observa cómo la inseguridad ha crecido de manera desmesurada, la corrupción sigue permeando todas las capas del gobierno al que se le quedó atorada, por allí, la escoba con la que iba a barrer las escaleras “de arriba hacia abajo” que no ha sido más que una entelequia.

La salida del ejército de las calles que fue un reiterado llamado de los MORENOS para alentar el voto ciudadano, tampoco fue realizado. En lugar de ello, este gobierno ha convertido a la mayoría de elementos castrenses en albañiles de obras cuyo descontento sólo es comparable a su disciplina en el juramento de servir a la Patria.

En fin, y así podríamos seguir comentando hasta el final de esta página lo que la gente considera no ha sido cumplido y podríamos entender mejor el malestar nacional que hoy se refleja en los resultados electorales de ambos estados, muy diferentes en sí, cada uno de ellos.

Uno por estar ubicado en la frontera con los Estados Unidos y el otro, pegadito al Centro, donde la situación económica, social y más, es diametralmente dispareja.

Por vía de mientras, como todo partido perdedor, desde que tengo uso de memoria y ya tiene algo de años, grita y se desgañita “No reconocemos el triunfo…” “Compraron votos…” “Cambiaron las actas….” “Hubo acarreo…” en fin, las excusas de siempre, pero si algo nos permiten recomendar a los MORENOS, es que volteen a las alturas del poder y pidan o mejor, exijan no sólo un buen gobierno, sino que acaten la orden que el pueblo otorgó con su voto y el pensamiento henchido de esperanza: “Mandar Obedeciendo…”

Lo que han hecho no es, modo alguno, más que violar la ley, desbaratar la confianza nacional y enrarecer el clima social con su “estás conmigo o contra mí…” algo inaceptable por donde quiera que se le vea y allí tienen las consecuencias.

No digamos lo que sucede todos los días con el manejo de la Pandemia que, sin duda, a fin de este año llegaremos el millón de infectados y decenas, decenas de muertos más.

Si hemos de recurrir a las cifras internacionales México tiene una cifra de muertos superior a muchos países del mundo, tiene el Primer lugar en muerte de trabajadores de la salud igualmente en el mundo.

En cambio desde el principio de la Pandemia no aceptaron lo grave de esta fatalidad y muy por el contrario la autoridad misma fomentó la inseguridad en el trajinar de la gente. El Zar de la Pandemia López Gatell, así como su jefe López Obrador, no aceptaron el uso del cubrebocas como una medida sanitaria acertada, pese a haber sido dictaminada de manera internacional como efectiva para evitar los contagios. La falta de pruebas de emergencia propició la expansión de casos graves, esto hace más de 851 mil casos y 81 mil 167 muertos. Así que no podemos menos que criticar que todo eso es una comunicación social pervertida así como un modo errado de hacer las cosas y hoy existe una gran polarización e incertidumbre social que busca deshacerse de este mal y lo vemos en las urnas de los estados de Coahuila e Hidalgo que, pese a la pandemia y el riesgo de enfermar -contra viento y marea- la gente sale a votar con una ilusión. Que los triunfadores no la defrauden. Conste.

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