La misoginia presidencial

Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán
(Foto Internet)
Lamentable y de pena ajena que en la víspera de la conmemoración del 8M, Andrés Manuel López Obrador se exprese con tan poca solidaridad para las mujeres debido al tremendo problema por el día a día que pasan millones de mujeres en este país donde la impunidad de los delincuentes, feminicidas, abusivos del poder y criminales de odio, campean sin sentir el rigor de ninguna autoridad.

En sus propias palabras…
Hago un llamado a las mujeres que se van a manifestarse, a que no se caiga en provocaciones y no haya violencia porque tenemos información de que se están preparando con marros, sopletes, con bombas molotov.
¿De qué se trata?
Ya eso no es defender a las mujeres, ni siquiera es feminismo.

Cuando con esas mismas palabras pudo haber dicho que la inteligencia del gobierno de la 4T -sin que suene a mofa- tiene conocimiento de que grupos violentos pretenden descarrilar las demandas de las mujeres provocando caos, daños y toda clase de vandalismo, que los tienen identificados y harán lo posible para contenerlos y evitar desmanes.

Porque, de qué otra manera podría proceder un presidente de la república empático con las mejores causas de las mujeres, verdaderas Arquitectas del Universo que lo mismo gestan que crían niños, educan jóvenes, forman hombres y los echan a la vida con la esperanza de hacer una humanidad mejor, con sus excepciones, por supuesto, como en todo y por lo que a diario se ve.

Por su parte la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum Pardo, indicó que han conocido a estos grupos por convocatorias publicadas en las redes sociales.

Se espera para el día de mañana (…) grupos que utilizan estos artefactos peligrosos y métodos violentos en la manifestación; son grupos que, como ustedes saben, se cubren los rostros y utilizan estos objetos, bombas molotov, ya no solo martillos y otras herramientas, sino inclusive usan gases pimienta. Afirmo.

Esto sólo evidencia la falta clarísima de políticas públicas del Gobierno Federal y de la Ciudad de México que persiga, investigue y castigue severamente los delitos cometidos contra las mujeres, además en contra de quienes lucen un sexo diferente al que nacieron, situación que  no tiene parangón en este país.

Sobre todo con un gobierno que para llegar al poder prometió combatir las injusticias y las desigualdades, apoyar “primero a los pobres”, mejorar la economía del país, regresar el Ejército a los cuarteles, vender la gasolina a diez pesos, además de pacificar al país y, en lugar de eso, escuchamos dislates, polarización social y perogrulladas más propias de un vodevil o una comedia trágica y de todo lo anteriormente dicho constatamos a diario que es una burda y real mentira.

Ningún líder político y menos dirigente de un país, tiene el derecho de satanizar  a los grupos que marchan por las calles para exigir el cumplimiento de sus demandas al gobierno en turno y menos amenazarlos con la violencia para que el día de mañana, como consabida cantinela, señale con dedo flamígero: “…ya ven?..se los dije”, como si de una advertencia válida y no cobarde engañifa, se tratara.  

Y termina con su consabido estribillo de “los neoliberales…etc., etc., etc…..” al igual que toda canción que se repite o intercala en el discurso con excesiva frecuencia, como si se tratara del tic de la persona que habla o escribe, pero no es otra cosa más que una muestra de falta de riqueza en la expresión y argumentos.

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE) la misoginia es aversión a las mujeres, actitudes de rechazo, discriminación, violencia, denigración por su estado femenino, en fin, sin empatía al género. Usted, estimado lector-elector, observa tal comportamiento en Andrés Manuel López Obrador? De acuerdo con los que nos diga, en breve, lo veremos y lo diremos. Conste.

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