Noticiero de la Sierra Norte
Carlos Castelán
El Espejo de Bolivia para México
Si bien la elección de magistrados por medio del voto podría tener efectos variados sobre la corrupción en el Poder Judicial, no es una solución que garantice, por sí sola, la eliminación de esta corrupción y sí aumentaría de manera exponencial el riesgo de prevaricación de la Ley por parte del Poder Ejecutivo que, en el trasfondo de los hechos, es lo que busca la tan cacareada “Reforma…”
Sin duda un potencial beneficio, en este ejercicio, y que podría aportar la Reforma al Poder Judicial sería algo que, a este gobierno, le genera prurito como lo es una mayor Rendición de Cuentas y aunque los magistrados elegidos podrían sentirse más responsables ante el electorado, que podría incentivar un comportamiento más ético y transparente, su falta de profesionalismo y facilidad para acceder a esos estratos de Justicia, se verían nulificados y su sometimiento sería al Poder Ejecutivo que de manera tan suelta y fácil les hará acceder en breve tiempo y sin mayores esfuerzos, a lo que en el pasado los actuales Jueces y Magistrados, acarreaba lustros cuando no décadas.
Estaría en duda si los ciudadanos, con su voto, tendrían la oportunidad de influir directamente en la composición del Poder Judicial para fortalecer la democracia y la confianza en el sistema judicial ya que la propaganda gubernamental en ese sentido incidirá directamente en los resultados finales de todos estos casos.
Si bien la elección directa podría permitir una mayor diversidad de candidatos, al mismo tiempo podría resultar contraproducente ya que en el sistema judicial que busca reflejar mejor a la sociedad en general estaría en riesgo, luego de que hace a un lado el Servicio Profesional de Carrera que busca garantizar el ingreso, desarrollo y la permanencia de los servidores públicos sea eficiente y eficaz en la gestión pública, lo que a la larga se traduce en una mejora en los servicios que se ofrecen a la ciudadanía sin embargo con la elección directa de un variopinto número de candidatos, esto se perdería.
Asimismo, existe, dentro de otras potenciales desventajas, la politización del Poder Judicial ya que podría conducir a la politización de la Justicia, donde los jueces tomen decisiones basadas en criterios políticos en lugar de legales, menos basados en la constitucionalidad, y más en el partidismo e influyentismo político.
De igual manera los Jueces y Magistrados podrían estar sujetos a presiones de grupos de interés y donantes de campañas, por lo que responderían a sus amos, entre los que sin duda entrarían los grupos de la Delincuencia Organizada que cuentan con recursos económicos infinitos y una cauda de abogados que serían postulados para estos puestos lo que socavaría la independencia, con un marcado aumento de la impunidad y la corrupción.
No podemos menos que ver, como en los procesos electorales, hay una competencia injusta donde los candidatos con más recursos para campañas tienen una ventaja significativa, y excluirían a candidatos altamente calificados, pero con menos recursos.
Factores Clave
De nada serviría, como en los hechos de nada sirvió, en el proceso electoral recién pasado cualquier diseño de Sistema Electoral y las Reglas que lo acompañan, dado que los límites de financiación de campañas, y la propaganda oficial orquestada desde Palacio serían cruciales para determinar el éxito (partidista) de la Reforma ya que en la realidad la maña volcaría todos los recursos a su disposición para lograr sus propósitos.
Así que, en nuestro particular punto de vista, la eficacia de cualquier reforma depende en gran medida de la cultura política y legal del país y en México, donde la corrupción está profundamente arraigada y en el sexenio obradorista, se desatapó al máximo, una reforma electoral del Poder Judicial no sería suficiente sino más bien deficiente.
De acuerdo con Ejemplos Internacionales, en los Estados Unidos, en algunos Estados los jueces son elegidos por voto popular sin embargo han tenido resultados mixtos, en algunos casos hay éxito en la rendición de cuentas y otros problemas de politización.
En México, los magistrados y jueces son nombrados por otros poderes del Estado, y ha habido debates sobre la eficacia de este sistema en combatir la corrupción, que sería perfectible, pero sin que hubiera una elección por voto popular de Jueces y Magistrados.
En resumen, si bien la elección de Magistrados por medio del voto podría ser parte de una estrategia más amplia para combatir la corrupción en el Poder Judicial, no es una solución única ni garantizada.
La efectividad de dicha reforma dependerá de su implementación específica y del contexto político y social del país que, en estos momentos, los elevados índices de Seguridad ponen a México, en el Tercer lugar en el contexto internacional, esto de acuerdo con el Índice Global del Crimen Organizado de Global Initiative, donde México ocupa el Tercer Lugar en criminalidad a nivel mundial luego de que en Primer Lugar está Birmania y en Segundo Lugar, Colombia.
Para este Ranking el Índice Global de Crimen Organizo tomó en cuenta el impacto que tienen estructuras criminales bien organizadas en cada país. Y no podemos soslayar que el país que elige a la mayoría de sus jueces a través del voto popular es Bolivia, cuya práctica comenzó tras ratificarse una nueva Constitución en 2009 por lo que, bueno sería para nosotros los mexicanos, vernos en ese espejo. Conste.
Periodista desde hace 40 años, ha laborado en todos los diarios de gran formato del Estado de Puebla con información, preferentemente de la Sierra Norte de Puebla.