Lo difícil que es lograr una candidatura política real

Noticiero de la Sierra Norte
Por Carlos Castelán
SIERRA NORTE DE PUEBLA.-NSN.-Gaceta de la Sierra Norte.- SIN DUDA alguna el oficio de político es una de las actividades humanas más ingratas, debido a que el político sufre cuando las verdades salen a flote y también sufre cuando las mentiras salen a flote…

De allí que en la actualidad ésta sea una de las actividades públicas más vilipendiadas debido, sin duda, también, a la serie de fallas, mentiras traiciones, escándalos y delaciones que de manera cotidiana se ventilan en las alturas del Poder Político..

Sobre todo, con origen en los encumbrados primeros mandos de los partidos políticos desde donde, sin rubor y más cinismo ofrecen el Poder por el Poder a quienes lo puedan pagar y lo enmascaran con presuntas “encuestas” dentro de una democracia “interna” que, en términos generales, se piensa es uno de los principios democráticos para un sistema electoral serio y decente, por decir lo menos pero…
Esto podría comprender diversas perspectivas.

La más socorrida y es la que denuncian aquellos que han sido marginados económicamente para competir en una elección como representante del partido político que se trate y cuyas intenciones son las de servir a su pueblo, es la venta de las candidaturas que margina a los bienintencionados, pese a los altos niveles de aceptación que pudieran alcanzar entre la población y dentro de su mismo instituto político por lo que consideran pudieran tener buenas perspectivas para el triunfo.

De allí la frase que se ha hecho, por lo cínico, famosa: “La Decisión de las Mayorías es la Opinión del que Manda…” ni más, ni menos.

Las Candidaturas Independientes y las Candidaturas Ciudadanas, podrían ser las más socorridas maneras en las que personas con aversión a ser miembro real y cabal de algún partido político o marginados políticos que por su propia y natural rebeldía al sometimiento utilizan para poder contender por un escaño o las alcaldías de sus municipios.

Sin embargo, en las candidaturas ciudadanas se deben enfrentar, de manera cotidiana, a las malas mañas que existen en las dirigencias partidistas, sobre todo de aquellos que sin carisma político real saltan de partido en partido buscando que los acojan, “de a tanto la entrada…”

Con esta deleznable práctica, los círculos cerrados o primer círculo que comprenden las dirigencias de los partidos políticos hacen ilusorio un sistema democrático electoral partidista interno ya que el único objetivo al entronizarse y permanecer en las dirigencias partidistas, es mantener el control por esa minoría privilegiada que cierra las expectativas para el conglomerado manipulado que seguirá comulgando con ruedas de molino, haciendo proselitismo y trabajando desde abajo para los de arriba.

De allí que quien, principal y finalmente llega a las alcaldías, que es el sitio donde se manejan los dineros del pueblo, toma el poder con el único fin de resarcir lo pagado ya que al fin y al cabo “pagaron por participar…” y como dijeran algunos suertudos Morenistas para justificar sus abusos, robos y dislates; “no me comprometí a nada…”

En diversas ocasiones en que los periódicos han impreso planas y planas de denuncias por la venta de candidaturas que no trascienden siquiera a nivel de investigación sobre si podrían ser o no ciertas o, al menos tener algún fundamento, tales quejas nunca progresan y los pudientes se concretan a dejar hacer y dejar pasar. Mientras el deterioro político y social se agranda.

Ejemplos? Hay a puñados a través de la historia electoral mexicana. Uno de los más recordados casos fue el de aquél entre Moya Palencia y Luis Echeverría que fue tan sonado como la célebre frase: “defenderé el peso como un perro…” Que ni fue perro ni fue defensa.

Desde esa época y trasladando estas lecciones a la época actual podemos concluir que así como la dedocracia partidista del famoso”tapado” pasó a la historia y dejó de ser garantía para llegar al Poder, hoy persiste una práctica perniciosa en la designación interna de candidatos en los Partidos Políticos que llega disfrazada de “encuestas”, Concejos Políticos, etc., decisiones cupulares que posteriormente tendrán su precio al enfrentar con fracasos una contienda real ya que ni van a  convencer ni a vencer a un electorado avispado. La elección interna del “mejor candidato” se convierte así en una entelequia.

De allí que en ésta elección, la del año 2021, “trampolín para la grande del año 2024”, someterá a los rigores ciudadanos no sólo a los candidatos partidistas, a las instituciones electorales y, de manera importante, a los ciudadanos, quienes tendrán que elegir alcaldes, regidores, diputados, senadores, gobernadores y Presidente de la República de manera masiva, como nunca antes visto, con base en las decisiones electorales primigenias de los primeros círculos de poder partidista que muchas veces no son los mejores. Conste.

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