Presunto homicida acudió a entregarse, nadie le hizo caso y…se fue!: Parte II

Tres veces entró a Casa de Justicia para entregarse
Lo mandaron a “La Casa Verde…” “A ver si allá te detienen…” le dijeron

Al otro día apareció el cuerpo de una persona asesinada…a martillazos!
HUAUCHINANGO, Pue.- Gaceta de la Sierra Norte.- NSN.- Como recién lo dimos a conocer, un joven, visiblemente perturbado, luego de entrar al menos tres veces a Casa de Justicia y acusarse de un crimen del que nadie hizo caso, menos lo tomaron en cuenta y sobreexcitado por el peso de su culpa y la frustración de no poder pagar su crimen con cárcel, se sentó en una barda que allí está.
Después de todo, contrito y agobiado por su culpa se fue caminando no huyó, se fue frustrado por la falta de Justicia que hay en la entidad poblana.
Pero antes…
Al salir de Casa de Justicia por tercera vez, se sentó en una bardita donde, frente a él, a pocos metros, había un puesto de comida. Cerca, estaba otro negocio con venta de comida, en donde la propietaria le pedía que le pagara los 19 pesos de la Coca Cola que recién había pedido fiada.

El joven por toda respuesta le dijo:
Mañana o la otra semana que trabaje le vengo a pagar, le dejo mis huaraches por el pago de la coca…”
La mujer le dijo: ”Cómo crees? ¿Cómo te vas a ir descalzo…?”
El joven sacó el envase de refresco y le quitó la tapa, la mordía y se rascaba la cabeza, con una mirada nerviosa, de un lado a otra, seguía mordiendo la tapa del refresco y estrujaba el envase vacío y volvía a lo trillado cuando decía:
“-Quién me va a detener por lo que hice…?”
De pronto se fue caminando para entrar, por enésima vez, a Casa de Justicia, bajo la mirada interrogante de los que allí estaban-

Entró, y luego de un rato volvió a salir, frustrado, porque no lo detenían por el crimen que había cometido, cuando dijo que había golpeado a una persona en la cabeza con el martillo que allí llevaba y que esta persona había quedado tirado en el suelo, sangrando, y en voz alta dijo, para quien quisiera escucharlo:
“- Me dijeron que vaya allá arriba, a la Casa Verde a ver si ahí si me detienen por el crimen que hice porque aquí no pueden detenerme y yo quiero pagar por lo que hice”.

Seguía mascando la tapa de la Coca-Cola, y se empinaba el envase de plástico ya estrujado y bebía el hilo de refresco negro que aún le quedaba.
Volvió la cabeza a todos lados y preguntó a los presentes: “Hay aquí algún policía…?
Pero nadie le hizo caso, todos pensaban que estaba mal de su cabeza, “qué habrá hecho…” murmuraban algunos entre ellos, otros respondían: “-Dice que le pegó con un martillo a una persona y lo dejó sangrando tirado…”
Pero lo tiraron de a loco.
Los presentes igual pensaban que el joven estaba mal de sus facultades mentales, a lo mejor, dijeron otros, “estará enfermito…”
En ese momento el joven se levantó de donde estaba sentado y dijo, de manera que lo escucharan todos: “Si no quieren detenerme pues que me lleven a Poza Rica yo soy de Tuxpan y de ahí me voy…”

Sólo el silencio le contestó. Ni lo detenían, ni le hacían caso y tampoco lo apoyaban con lo del pasaje…el colmo…!

Frustrado, el joven comenzó a caminar hacia la colonia Catalina.
Los presentes se desentendieron del joven para enfrascarse en sus propios problemas sin saber, a ciencia cierta, que rumbo habría tomado, por dónde y hacia dónde se había ido.
Volvieron a lo suyo.
El joven, presunto homicida –motu proprio- se perdió de vista.
Un rato más tarde, que algunos consideran entre 15 y 20 minutos, llegó al lugar una patrulla de la Policía Municipal en la cual viajaban dos uniformados; un hombre y una mujer.
El Oficial Castro, según se conoció, tomó algunos datos y se fue, no sin antes decir que no lo podría detener “porque no vi que hiciera nada, yo pensé que habrían golpeado alguien, aquí dentro de Casa de Justicia…”
Así que, al no haber delito que perseguir, los uniformados optaron por retirarse preguntando, “por dónde jaló el presunto…? Si lo veo le quito el martillo, porque me hace falta uno para mi casa…”
Acto seguido, patrulla y policías se retiraron del lugar.

Todo volvió a la normalidad, el hastío y la ineficacia de la policía y las autoridades ministeriales volvió por sus fueros, tal como acontece todos los días.
Ahora, toda la policía lo busca y peguntan «como era..?» «qué vestía…» y eso es el colmo, dicen los conocedores, «Cómo es posible que en Casa de Justicia de Huauchinango no haya siquiera una cámara de video para monitorear cuando menos la explanada frente a la entrada principal…?#
Así quedó evidenciado una vez más.
Estos hechos sucedieron el pasado día Viernes, 2 de Febrero.
EPÍLOGO:
No fue sino hasta el otro día, Sábado 3 de Febrero, cuando se conoció que una persona había sido encontrada asesinada, a unos 200 metros de distancia de Casa de Justicia (donde se escenificó todo este vodevil), dentro de una vivienda, que habría funcionado como un Anexo para apoyar a Alcohólicos y Drogadictos y, presentaba, fuertes golpes en la cabeza…propinados por un martillo….

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